Después de haberos mostrado las imágenes del invierno burgalés, ahora con un poco más de tiempo, os he podido preparar, sin querer hacer la competencia a Gloria, una muestra del viaje turístico-afectivo que os prometí. Desde entonces he seguido las nuevas incorporaciones al blog, haciéndome especial ilusión la grata aparición de Laureano, Laureanín para todos los que te recordamos y apreciamos. Todavía recuerdo de niño el cariño que mi madre y todas tus primas y primos te tenían y tienen. Es una aportación de calidad y humanismo, como podremos comprobar en sus futuras incursiones. Así que un abrazo para ti y para todos los “nuevos Barcenillas”.
Las imágenes que podéis contemplar están divididas en dos grandes bloques: El Valle de Sedano y el de Valdivielso. En otras ocasiones me habéis oído denominarles como los valles de la familia Barcenilla, y efectivamente son nuestros en cuanto a su contenido sentimental, claro está que no en el sentido material de la expresión, que sería lo menos importante.
En este texto trato de explicaros las fotografías que le preceden, así que atentos, ya que cada toma tiene un título que enlaza con el contenido siguiente (situar el ratón sobre cada imagen para pararla y ver su título, con doble click sucesivamente se amplia cada imagen), aunque tendréis que disculparme y corregirme por los múltiples errores y ausencias, que seguramente aparecerán, en cuanto a la historia de nuestra familia, y que espero que Laureanín complete.
La familia tiene sus raíces en el Valle de Sedano y Rudrón, comarca bella del norte de Burgos, desde donde sus hijos tuvieron que emigrar en busca de mejores sustentos. En el caso de los Barcenilla Landeta, se desplazaron y casaron en el vecino Valle de Valdivielso, donde aún residen algunos descendientes. Los Barcenilla Bañuelos, algunos permanecieron entre el Rudrón y Sedano, otros marcharon a provincias castellanas y vascas, y los más decididos salieron, durante la etapa más negra de nuestra historia, buscando la generosa acogida de nuestros hermanos latinoamericanos.
Todo empieza cuando un capataz caminero llamado Cecilio Barcenilla, que trabajaba en la construcción de la carretera Burgos-Santander, se casó con Victoriana Bañuelos (mis bisabuelos, tranquilos que no voy a contar la historia de Macondo y la familia Buendía…). En el tramo de las obras de Sedano nació la tía Julia, pero ….., las obras de la carretera avanzaban, casi tanto como sus descendientes, ya que cuando llegaron al tramo de San Felices nacieron los mellizos Marcelino y Ciriaco. Las obras entonces eran muy lentas y había pocos entretenimientos, así que unos kilómetros más adelante, en el bello pueblo de Valdelateja, nació el tío Laureano, y por último, también en Sedano, nació el tío Damián. La carretera tenía más tramos, no así el fervor de mis bisabuelos que decidieron “parar la fábrica” y plantarse con cinco hijos. Más tarde, la familia al completo se instaló en Valdenoceda (Valle de Valdivielso), donde murió mi bisabuelo Cecilio Barcenilla. Victoriana Bañuelos marchó a Burgos, donde mi abuela Lucía (esposa de Marcelino) la cuidó con caríño hasta su fallecimiento. De los cinco hijos; Marcelino y Ciriaco se casaron en Valdenoceda (Valle de Valdivielso); Julia se casó con el inolvidable y querido tío Segundo, de Trespaderne, viviendo en Madrid, hasta que la guerra civil les obligó a buscar las libertades perdidas en tierras americanas; el tío Damián les acompañó en aquella aventura; y el tío Laureano se instaló en Burgos.
Besos y abrazos, Carlos
VISITA AL VALLE DE SEDANO:
El Valle de Sedano y Rudrón es un laberinto kárstico impresionante, espacio natural protegido que acoge a una avifauna de importancia europea. Dentro de él, en las afueras de Valdelateja, se encuentra un balneario del año 1884, con aguas termales que tratan dolencias estomacales y reumáticas. Las rutas por este espacio natural permiten apreciar toda la belleza de los fenómenos geológicos y erosivos del río Rudrón, como se aprecia en el cartel explicativo. Presidiendo Valdelateja, se encuentra la peña de Castrosiero, y en lo más alto se puede apreciar la ermita de las santas Centola y Elena. En este peñasco estuvo instalado, como así lo atestigua un documento fechado en el año 945, el castillo altomedieval de Siero, de gran valor estratégico y político. Más tarde fue desplazado a favor de la villa de Sedano. En las siguientes imágenes se observa el caserío de Valdelateja, con sus construcciones tradicionales de influencia montañesa, así como un cartel divulgativo del río Rudrón que marca el carácter de esta tierra.
Si nos desplazamos en orden inverso al periplo familiar de Cecilio Barcenilla y Victoriana Bañuelos, nos asomamos a la villa de San Felices, donde nació mi abuelo Marcelino y mi tío Ciriaco. En la foto se aprecia su agrupado caserío inmerso en las hoces del Rudrón. Más adelante, llegamos a la villa de Covanera, donde podemos apreciar una surgencia kárstica de importancia internacional como es el Pozo Azul. Se trata de una larga caverna inundada en las que se han conseguido explorar, hasta el momento, más de 1600 metros de galerías y sifones, convirtiéndola en la cavidad inundada de mayor longitud de toda España, y en la que desgraciadamente han dejado la vida varios espeleobuceadores. Observar el fantástico azul turquesa que se refleja en su entrada, y tranquilos porque no me voy a tirar, aunque sí lo hizo un día conmigo nuestro querido primo navarro Jaime Barcenilla, aguerrido bombero.
Ya entramos en las cercanías de Sedano, y nada mejor que contemplar uno de los muchos dólmenes de la comarca. Se trata de sepulcros iniciados en el Neolítico hace 5500 años, y ocupados durante más de 2500 años. Toda la zona está repleta de restos arqueológicos, lo que da testimonio de una importante y prolongada ocupación humana.
Entramos en la villa de Sedano, ubicada en un profundo y estrecho valle y rodeada de amplios páramos calizos, con un caserío muy disperso, repleto de numerosas casas blasonadas, levantadas con piedra de sillería, y presidida por la imponente silueta de su iglesia parroquial. Podemos deleitarnos de sus cuatro molinos, su típica arquitectura popular, su gran historia que se remonta al Neolítico (hace aproximadamente 5000 años), región fronteriza entre cristianos y musulmanes, y que poco a poco se consolidó como una importante y estratégica población del incipiente reino de Castilla. En un alto espolón rocoso podéis apreciar la iglesia de Santa María, y en su costado los restos de tumbas altomedievales. Seguimos el recorrido por Sedano y nos asomamos a la cascada y puente de un molino propiedad de un Barcenilla, lugar trágico ya que hace muchos años un familiar nuestro quedó fatalmente atrapado por la rueda molinar. Vemos también un rincón con casas ya abandonadas y que fueron habitadas por nuestros familiares. Los colmenares de abejas en la zona del Valle de Sedano y Rudrón son de gran originalidad. En la fotografía vemos como se agrupan protegidos por una gran roca, estando los habitáculos construidos por viejos troncos de roble de la zona.
La última fotografía ha sido un descubrimiento que la hará mucha ilusión a Gloria y su familia. Indagando, con mi madre y mi padre en Sedano, pudimos encontrar la casa-molino donde nació Damián y creemos que también la tía Julia. Con más gente de la zona pudimos confirmarlo, aunque siento que ya era de noche y la foto no es todo lo buena que hubiera deseado. Se trata de un molino y vivienda en la orilla del río Sedanillo, dentro del mismo pueblo.
VISITA AL VALLE DE VALDIVIELSO:
El Valle de Valdivielso se encuentra muy cercano al de Sedano y Rudrón, y al igual que éstos de una gran belleza. Es atravesado longitudinalmente por el río Ebro, y si el paisaje resulta brillante y espectacular, no lo es menos el contenido histórico, artístico y cultural que atesora en su interior. En las primeras tomas podemos apreciar dos secuencias del fondo del valle, protegido por la Sierra de la Tesla y el puerto de La Mazorra. Los carteles de rutas por el valle nos muestran las grandes posibilidades que ofrece al visitante, entre ellas la contemplación de su joya más preciada como es la iglesia de San Pedro de Tejada. Se trata de uno de los ejemplos mejor conservados y más interesantes de todo el arte románico español, su fecha de construcción hay que situarla en la primera mitad del siglo XII.
En nuestro recorrido nos encontraremos con una arquitectura tradicional, donde destacan las viejas casonas señoriales como las que vemos en el pueblo del Almiñé, lugar de nacimiento de nuestra entrañable abuela Lucía, esposa de Marcelino Barcenilla. En este mismo pueblo, podemos visitar la iglesia de San Nicolás, de estilo románico, con una interesante pila bautismal, así como recorrer una calzada medieval utilizada antiguamente para transportar por carro el pescado desde el mar cantábrico a la meseta castellana.
En Quintana de Valdivielso, localidad natal de la familia Barcenilla Landeta, nos recreamos con un caserío abigarrado de casonas señoriales y un rico patrimonio artístico. Destaca la torre de Loja, datada en el siglo XVI, que recientemente ha sido restaurada. Ya, en la última imagen, contemplamos el camino a la iglesia parroquial del siglo XVI, que tantos recuerdos me trae de los veranos pasados en mi infancia y de toda la familia.