viernes, 6 de julio de 2007

MONTES OBARENES

Al ver las fotografías y leer en la blog el comentario que hace Carlos sobre los Montes Obarenes (uno de los valles de la familia Barcenilla junto con el de Sedano) Me dio la idea para escribir, sobre la dispersión que hemos sufrido y los motivos que la impulsaron. Pero los sentimientos se me despertaron y una rebeldía que no acepta la situación, se adueñó de mí. Y sentí envidia, y sentí rabia, de que alguien fuese tan rico. Casi entendí a los nacionalistas. El amor que profesan a la tierra, a la madre, a sus tradiciones…y su necesidad de retorno.
Si uno ha nacido y ha vivido pegado a esas tradiciones, a esa tierra, a esa familia, cuando se ha compartido el pan, la tristeza, la alegría, los festejos y estos quedaron atrás, cuando cada día en tu pensamiento bulle la idea de la pérdida, -esa que Carlos contempla con su pastor belga y con su familia - entonces, uno se siente como disminuido, roto, sin raíces que te sustenten, capitán sin barco. Sin bandera.
Y porqué de esta tristeza, si la tierra que te acoge se abre, te posibilita la vida, el pan, y deja que florezcan tus hijos y sus hijos. Será por que es como la madre que todos queremos. Una sola, y que sea esa, concretamente esa, a la que hemos amado desde niños. Es una impronta que hace un amor intransferible, único. Amamos a la madre y al marco que la embellece.
Aunque otros amores vendrán y harán posible la felicidad, un incesante canto de sirenas evocará el “paraíso perdido”.
Mientras lloramos el exilio, entretanto nuestros hijos hacen patria, su patria. Que injustos somos. Ellos harán un canto universal, una patria universal y serán poseedores de toda la tierra. El amor es un sentimiento…o sea.
Nada contra ti Carlos, al revés, si no fuese por vosotros que mimáis ese legado, hace tiempo que el patrimonio hubiera desaparecido. Está encendida la antorcha que ilumina nuestra tierra, y todavía podéis negar a Quevedo en aquellos versos: “… Miré los muros de la patria mía, si un tiempo fuertes ya desmoronados…” Así que apoyo con rotundidad: “… (uno de los valles de la familia Barcenilla junto con el de Sedano)…”

Deseo cantar una vez más, y ahora con todos vosotros:
“… ¡Salve, tierra adorada de mis amores!
¡Salve, cuna sagrada de mis amores!..."


Me acaban de decir que todo lo escrito ya no se lleva. En vez de borrarlo, como soy un poco terco insisto.

Salud y saludos a todos especialmente a Gloria y a todo lo que lleva adosado. Ya te contaré…

3 comentarios:

Carolina Caffarena dijo...

Hola Laureano:
Soy Carolina, la hija de Gloria, desde Chile. ¡Qué lindo escribes!, ¡eres un poeta!
Yo recuerdo tu nombre desde siempre ya que mi abuelo Damián hablaba siempre del tío Laureano. Creo que él los quería mucho a todos ustedes.
Espero poder conocerte algun día y así me cuentas todo lo que sabes de la familia y de los lugares que nos identifican.
Un abrazo muy cariñoso

Anónimo dijo...

Hola primo:
Realmente eres un POETA!!!!, escribes precioso, por favor no dejes de hacerlo de esta forma, al leer tus notas, parece un canto...son un deleite tus palabras, no te sientas "antiguo", es tu estilo y eso es lo valioso.
Un beso para todos.
Gloria

Don Ato dijo...

Nos tienes que contar más cosas. Aquí puedes dejar todas esas historias para que todos las conozcamos.
Ignacio